Usted puede tener algunas dudas antes de empezar el proceso de terapia, y es indispensable resolverlas y discutir cualquier inquietud al respecto. Pues en ocasiones, aunque es una decisión personal, llega a generar cierta inquietud. Le comparto algunas preguntas frecuentes que pueden servirle para conocer aspectos de la psicoterapia.
¿Cuándo debo ir a terapia?
Es conveniente ir a terapia eventualmente a hacer una revisión de cómo nos sentimos, explorar nuestras relaciones y afectos; pero no siempre es posible. Sin embargo, es oportuno asistir cuando experimentamos alguno de los siguientes estados.
- Nos percibimos intranquilos frente a algo o alguien y nuestra tolerancia se pone a prueba.
- Si sentimos nuestro ánimo deprimido o muy inquietante.
- Nuestras relaciones sociales y afectivas se sufren.
- Cuando nuestras personas significativas nos dice que algo les preocupa de nuestro comportamiento y/o estado emocional.
En ocasiones, un pequeño indicio abre posibilidades a grandes cambios positivos.
¿Debemos de hablar sobre mi pasado?
Es probable que en ocasiones y en situaciones específicas, sea importante hablar de su pasado debido a la influencia que ejerce en su vida presente. El objetivo es optimizar esa influencia y revisar cómo sus experiencias pasadas participan en su vida actual.
¿Me va a decir qué hacer?
No, eso no pasará y sería fantástico que nadie debiera decirnos qué hacer. En la terapia, eso lo descubrimos juntos. Él o los pacientes, asociados conmigo, vamos explorando horizontes y maneras alternas de resolver dilemas y lograr objetivos. Sin embargo, algunas sugerencias oportunas y solicitadas pueden ser de utilidad.
¿En qué casos puede ayudar la terapia?
En mi quehacer como terapeuta he constatado que la psicoterapia alivia desde cuadros clínicos como depresión, ansiedad, miedos hasta problemas de conducta y crisis existenciales. Y coadyuva significativamente en procesos tan complejos como las adicciones, la violencia o los duelos; generando un estado de crecimiento y tranquilidad.
¿Debo asistir cada semana?
Todo dependerá de los objetivos que acordemos juntos. Partiendo que para mí su tranquilidad y seguridad es lo más importante, no es prioritario generar presión alguna en este sentido, sin embargo, lo recomendable es dividir el proceso en tres etapas:
- Sesiones semanales, para el abordaje.
- Sesiones quincenales, de proceso.
- Finalmente sesiones cada 20 días, para mantenimiento y supervisión.
¿Cuánto tiempo dura la terapia?
La terapia dura lo que usted decida y lo que le pueda sugerir. En ocasiones con los objetivos logrados es suficiente, en otros casos, usted puede descubrir aspectos que desea mejorar o explorar; mi función será acompañarle con la misma dedicación e importancia que en cualquier otra etapa del tratamiento. De igual forma, aunque no es conveniente, usted puede interrumpir y volver cuando lo desee, yo le brindaré la misma atención.
¿Cuánto tiempo dura una sesión de terapia?
Una sesión de terapia dura aproximadamente una hora. Cuando existen inconvenientes para asistir con regularidad, los pacientes radican en otras ciudades, o se trabajan temas específicos con parejas o familias , se pueden programar sesiones continuas para aprovechar al máximo el trabajo terapéutico. El objetivo de estas adecuaciones es obtener el mayor avance posible con el tiempo que disponga él o los pacientes.
En la terapia familiar, a diferencia de la individual y la de pareja, confluye una mayor diversidad de emociones, experiencias, asi como percepciones; y es posible que represente un desafío saludable para los involucrados. Por lo tanto, es pertinente conocer algunos aspectos relacionados a este tipo de terapia.
¿Cuándo buscar terapia familiar?
Si hablamos de identificar y prevenir crisis y problemas en la vida futura, asistir a terapia familiar es la mejor inversión en este sentido. Desafortunadamente no es una postura generalizada pero, para fines concretos, se considera que es necesario asistir a terapia familiar cuando se vive en alguno de los siguientes contextos:
- Existe en la familia un menor de edad que muestra problemas de conducta, emocionales o de aprendizaje.
- Se viven experiencias de violencia y/o abuso.
- Cuando la familia experimenta (ó) la muerte de un ser significativo.
- Si existe algún tipo de adicción.
- Cuando conflictúa la actitud o el ánimo de algún integrante de la familia.
- En procesos de adopción.
- En proceso de separacion y/o divorcio.
- Se viven conflictos por bienes materiales o económicos.
¿Debemos asistir todos los miembros de la familia, a la terapia?
Idealmente sí, la participación de todos los integrantes agiliza el proceso terapéutico, sin embargo, en algunas situaciones es conveniente esperar. Por ejemplo cuando en la familia hay menores de edad, si existe un contexto de violencia, algún familiar se siente vulnerable, o se considera que el tema es muy sensible para la familia, es preferible partir con los padres, tutores, o adultos. Y paulatinamente, a medida que avance la dinámica de la terapia, incorporar a otros miembros de la familia.
¿Hablaremos todo frente a la familia?
No, aunque mucha información que se vierta en la sesión y sea escuchada por todos es de mucha utilidad, es esencial que todos se sientan respetados y cómodos. Habrá temas que por su contenido y trascendencia deberán ser tratados de forma individual o también por petición o elección de cualquier integrante de la familia. Todo será atendido con respeto y seriedad.
¿Nos dirán cómo comportarnos o qué hacer?
En la terapia familiar existen circunstancias en las cuales una sugerencia solicitada o incluso una prescripción, es muy útil. A veces el clima emocional y el cansancio requieren de un abordaje más inmediato, para después dar paso a los cambios más trascendentes y de fondo. Lo importante es que la familia encuentre los medios para seguir manteniéndose y a la vez lograr laborar juntos en crear una dinámica autónoma, óptima potenciando sus recursos.
¿Cuándo concluye la terapia familiar?
Comúnmente termina cuando el motivo de consulta haya sido resuelto o la familia considere que puede seguir adelante por sí misma. Sin embargo, debido a que en la terapia se descubren los procesos que originaron el estado de crisis o el conflicto antecedente, puedo sugerir o algunos miembros de la familia lo deciden, resolver esas dinámicas mediante un trabajo individual o en grupos delimitados conformados por distintos miembros de la familia. Para mí, el objetivo final de la terapia es que la familia salga fortalecida en sus vinculos y sus recursos para una convivencia más saludable y amorosa.
Preguntas frecuentes sobre la terapia de pareja
Para la pareja, la decisión de tomar terapia puede generar algunas inquietudes frecuentes que habrá que resolver y conciliar en ambos integrantes. Por lo tanto, siempre es útil tener algunos aspectos entendidos previos a participar en un trabajo de terapia de pareja.
¿Cuándo ir a terapia de pareja?
En las relaciones de pareja, independientemente de su dinámica, es fundamental asistir a terapia con cierta regularidad, para hacer adecuaciones que permitan convivir cada vez mejor en la relación. Sin embargo, se considera que es urgente asistir a terapia de pareja cuando:
- Ya no se disfruta de la compañía de la pareja.
- El amor y el deseo se cuestionan.
- Se experimenta un sentimiento de infelicidad en la relación.
- Se viven condiciones de violencia u opresión.
- Existe algun tipo de adicción.
- Se ha vivido o se vive alguna experiencia de infidelidad.
- En cuadros depresivos y de ansiedad.
Recuerde que prácticamente podemos adaptarnos a todo, y estar viviendo en un contexto reprimido que empobrece nuestra individualidad. La pareja no es para fundirse y entregarse al otro (a), es para crecer y compartirse.
¿Qué pasa si mi pareja no desea acompañarme?
En una primera etapa de la terapia, no es indispensable que le acompañe su pareja. En ocasiones la condición de la relación se encuentra inmersa en la desconfianza, enojo, dolor y distancia emocional, por lo que una de las partes prefiere no arriesgarse más. Lo importante es iniciar, y usted lo puede hacer. Cuando su pareja vea sus logros e intenciones profundas, eventualmente se incorporará al trabajo de reconstruir la relación.
¿Puedo salvar mi relación de pareja con la terapia?
Sí, en la mayoría de los casos. En mi experiencia profesional un alto porcentaje de las parejas, logran no solo superar su crisis, si no, convertirse en parejas mas saludables y estables, de tal manera que repercute positivamente en su vida familiar.
¿Debo hablar siempre frente a mi pareja?
No, considere que la pareja se forma y mantiene de las individualidades. Durante el proceso, habrá momentos para trabajar en pareja y otros en lo individual. Por otro lado, durante la terapia, cualquier miembro de la pareja tendrá la libertad de sugerir o solicitar sesionar en privado por considerarlo conveniente. Esto igualmente se desarrolla en un ambiente de respeto y comprensión mutuos, tomando en cuenta el beneficio, para la relación de pareja, de esas adecuaciones.
¿Quién debe empezar la terapia?
Cualquier miembro de la pareja puede iniciar la terapia. En algunos casos donde uno de ellos se siente agraviado, dolido o enojado con o por el otro, ocasioalmente se inicia con éste a fin de generar un contexto más seguro, donde se expresen y comuniquen, e ir estableciendo eventualmente el trabajo en pareja.
¿Cuándo concluye la terapia de pareja?
Cuando los objetivos se cumplen, el motivo de asistir se ha cubierto o cuando ambos se sienten satisfechos. Sin embargo, la pareja puede elegir cuándo dejar el proceso. Como sucede en la terapia individual y familiar, regularmente la pareja va descubriendo distintas áreas de oportunidad para mejorar. Para mí, el fin no sólo es solucionar el conflicto o la crisis, si no fortalecer la relación de pareja.